miércoles, 6 de febrero de 2008

La Muerte del Muchacho del Siglo XX

Por Camilo Díaz
Coordinador Nacional de jovenes

Muchas veces se ha dicho que algunas muertes se esperan, especialmente en relación a gente de que ha vivido muchos años. Pero no puedo dejar de pensar en la profunda tristeza que me produjo la muerte del gran Volodia, del gran luchador, del gran escritor, del gran senador y de ese gran compañero.
Su nombre nunca fue ajeno en mi hogar, no solo por la profunda amistad que lo unía a mi familia, historias parecidas, exilio y lucha constante por las doctrinas restauradoras de la dignidad humana; pero Volodia era mas que eso, Volodia no solo era el muchacho del Siglo XX, sino que con el se apaga una de las ultimas luces de la consecuencia política.
El día que acudí hasta la Clínica de la Católica para enterarme de la salud del gran Volodia, converse con su sobrina, recordamos viejas anécdotas. Me dijeron que el muchacho se extinguía, me fui triste, pero al avanzar me di cuenta, que esa tristeza no tenia que ser; Volodia le dio a miles de chilenos esperanzas en momentos difíciles y sin duda alguna era el momento en el cual se encontraría con sus amigos y con la entrañable Gladys.
El día de su muerte acudí ya no solo como un conocido y admirador, sino como el homenaje de una juventud política, la juventud política que yo represento y ese es su espíritu. El espíritu de un juventud que quizás tengamos diferencias con el pensamiento de Volodia, pero nos unía, una cosa por sobre toda las cosas el amor a nuestro país a nuestro terruño y como decía José Ingenieros "El terruño es la patria del corazón"
Volodia
Descansa en paz

1 comentario:

Anónimo dijo...

Grande que buen articulo, y que bueno que fueron te felicito camilo eso demuestra el espiritu de nuestro partido, y el chile que queremos construir, sin duda alguna Volodia fue un gran aporte para chile, increible camilo, que con la cata y julio nos hayan representado a todos los jovenes en esto...por que era el verdadero sentir de la juventud.
un beso

Anto.